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Crónica de la 2ª carrera: Gran Premio de l'Horta Nord

Varias semanas habían transcurrido desde que se celebrara el primer Gran Premio de la temporada. Semanas en las que las que una atmósfera cargada de incertidumbre se había cernido sobre competición, equipos y pilotos. La lesión que Alfaro sufrió en el codo no hizo sino acrecentar esa sensación de que toda la estructura organizativa de la F-Kart se tambaleaba seriamente, al poner en jaque a la cúpula directiva dadas las lagunas que presentaba la normativa. Sin embargo, cuando la comunión entre los corredores parecía a punto de resquebrajarse se consiguió llegar a un acuerdo. Fue Añón quien tomó la voz cantante para conseguir que el grueso de los pilotos se sentara a dialogar y estableciera un reglamento sólido e inquebrantable con el que blindar la competición frente a futuras contingencias. Así finalmente se firmaron las bases que garantizaban que esta primera temporada de F-Kart no peligrara. Ello apaciguó las aguas del mar de dudas extradeportivas que se habían generado, y se consiguió, al fin, que todas las miradas apuntaran de nuevo a lo que realmente nos gusta: el asfalto, los coches, la competición.

Sudor y frío

El Circuito de L'Horta Nord acogió el esperado segundo Gran Premio de la temporada. A la baja de Oltra, que ya había comunicado durante la semana que no podría participar en la carrera por motivos personales, se unió la de Olivares a última hora. La ausencia de sendos pilotos carcaixentinos unida a las deficientes condiciones que mostraba la pista hizo que esta segunda jornada del año fuera realmente decepcionante en lo que a espectáculo y emoción se refiere.

A las 17:30, media hora más tarde de lo previsto, comenzaron a rugir los monoplazas desafiando a la gélida tarde de diciembre. La calificación estuvo marcada por unos estrictos comisarios que, al parecer, no alcanzaban a entender que para lidiar con la pista en aquellas condiciones más que karts hubieran hecho falta trineos de hielo. De hecho más de un piloto acabó derribando las balizas que acotaban el trazado, incluso alguno terminó estrellándose contra las barreras de protección. Por ello, y pese al frío, hubieron de sudar de lo lindo, llevando a los monoplazas al límite en cada resbaladiza curva, para lograr parar el crono lo antes posible. Fue Martínez quien, en contra de lo que a priori cabía esperar, hizo el mejor tiempo. Tras él, Añón y Sedano, que apuntaban como favoritos para la pole, se hubieron de conformar con ser segundo y tercero respectivamente. Pérez, Olucha y Alfaro cerraban la corta parrilla. A partir de aquí ya no había más tiempo para preámbulos, comenzaba la batalla.

Derretir el hielo

El Gran Premio estuvo marcado por un nuevo error de la dirección de carrera. Un fallo incomprensible hizo que Alfaro y Pérez permutaran sus posiciones en la parrilla, saliendo el de Mislata desde el segundo cajón por detrás de Martínez, mientras el del 501team, con evidente enfado, había de partir desde el quinto puesto. Entre ellos dos Añón y Sedano, y portando inicialmente el farolillo rojo Olucha.

El semáforo se apagó y los motores se encendieron. Las condiciones de la pista, por desgracia para los pilotos y para el espectáculo, no habían cambiado un ápice respecto a lo que fue la calificación, lo cuál nos privó de disfrutar de la cruenta lucha que se podía augurar y que, realmente, todos ansiábamos. Añón, como el viejo zorro que es, le arrebató hábilmente la posición a Pérez antes de la primera curva. El cabeza de equipo del Anal Team, visiblemente distraído, quizás por la ausencia de su compañero, apenas opuso resistencia, y, conformista, se aferró a la tercera posición, para firmar su primer podium de la temporada. Detrás de él Sedano apretaba, llevando como nos tiene acostumbrados su bólido al límite, sin obtener fruto alguno. En cola de carrera, Alfaro logró aguantar un par de vueltas las arremetidas de Olucha, que demostró que además de muro también sabe ser ariete. Sin embargo, el tiempo perdido negó al de Onda la posibilidad de contactar con el grupo de cabeza, con lo que hubo de conformarse con un quinto puesto que hace pensar que la victoria de la primera carrera pudo ser la excepción. Por detrás sólo el segundo volante del 501, que acabó desquiciado por el error de la dirección de carrera en la salida y por su propia incapacidad para reengancharse a Olucha tras el adelantamiento. Parece que tendrá que mejorar mucho tanto técnica como mentalmente si quiere que su equipo opte al campeonato de constructores.

En posición privilegiada, Martínez supo hacer valer su ventaja incial y rodó con el horizonte despejado las diez vueltas, cerrando hábilmente la puerta a Añón en cada curva y demostrando que, pese a que por su edad muchos podían pensar que le queda poco fuelle, está dispuesto a pelar hasta el final por el campeonato. Con menos morriña que en la ocasión anterior, el aerocoruñés volvió a ocupar el escalón intermedio del podium, asiendo con fuerza la primera posición de la general y haciendo patente que la calidad y la clase no las congela ni el frío ni siquiera lo años. Completó el top3 un Pérez que hasta ahora no está haciendo valer las expectatvias creadas en pretemporada en torno a él, y que sin la ayuda de Oltra parece lejos de poder cumplir con los objetivos de su escudería. Sedano fue finalmente cuarto, el último de los favoritos, pero logró salvar su orgullo haciendo la vuelta rápida de carrera.

Próxima parada, en principio, el 30 de enero en este mismo trazado. Esperemos que en esta ocasión no nos quedemos helados, y que la pista y los pilotos nos derritan brindándonos el espéctaculo que esta competición merece.

Daniel Alfaro. Jefe de prensa de la FPK

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