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Crónica del Gran Premio 3



Muchas semanas habían transcurrido desde que el semáforo se apagara por última vez. Tiempo para descansar y desconectar en la medida de lo posible del gran circo de la F-Kart, pero también para reflexionar, pulir detalles en algunos casos, buscar enormes saltos de calidad en otros, repasar estrategias, afinar los dibujos de cada trazada, buscar el mejor modo de que el coche abrace cada curva. Tiempo para que todos sintiéramos cómo algo se nos movía por dentro: inquietud, impaciencia, nervios,... Tiempo para darnos cuenta de que realmente échabamos de menos oler la gasolina y chafar el asfalto de nuevo. Y es que estamos cada vez más enganchados a esto. ¡Cómo te echábamos de menos, F-Kart!


Sin embargo, y como suele suceder, este parón no sentó a todos por igual. Si bien es cierto que unos equipos habían hecho los deberes más concienzudamente que otros, en todas las escuderías pudimos apreciar luces y sombras. Pero lo mejor será ir por partes...


Califica como puedas


En cuanto los corredores se asomaron al asfalto pudieron comprobar que, para su tranquilidad, las condiciones de la misma nada tenían que ver con las que habían sufrido en la última ocasión. Esta vez no haría falta invocar al espíritu de Balto ni tener el carnet de piloto de trineos para aferrarse a la pista. Al fin podrían limitarse simplemente a correr. Y así fue, aunque, evidentemente, unos lo hicieron más que otros.


Como cabía esperar los dos pilotos que desconocían el trazado fueron los más lentos. Tanto Olivares como Oltra emplearon sus vueltas de entrenamiento para familiriazarse con la pista, despreocupándose por completo de la batalla que el resto de pilotos estaba librando. Y en este caso lo de batalla no es un decir. Quitando a Olucha, que se hubo de conformar con el sexto tiempo, el resto de cronos se movieron en un rango verdaderamente estrecho. De hecho, los cinco pilotos que cazaron los puntos de calificación situaron sus tiempos en un intervalo de menos de 9 décimas. Alfaro, el quinto en discordia, casi logra calcar el tiempo de su compañero, un Sedano que al final de la carrera reconoció que la calificación había sido mucho peor de lo esperado e incluso había desmontado la estrategia del equipo. Por delante, Pérez logró, al fin, confirmar su fama de piloto rápido en calificación, que parecía haberse diludio tras sus últimas actuaciones, y firmó un brillante tercer tiempo. Pero, una vez más, fueron los "yayos" quienes se disputaron la pole. Y de nuevo Martínez se llevó el gato al agua. Rubo logró parar el crono por debajo de 29 segundos, pulverizando por completo todos los tiempos del gran premio anterior, y confirmando así no sólo la mejora de condiciones de pista, sino también el gran trabajo realizado por los JRBulls durante el parón hivernal. Tras él, Añón, que quizás se vio perjudicado en parte de la tanda por Pérez, quién aseguró después no haber visto el coche del AIT durante las tres vueltas que rodó comiéndole el parachoques trasero. Así fue como se dibujó una interesante parrilla, en la que los cuatro favoritos quedaban en medio del sandwich que conformaban los segundas espada de cada equipo. Un escenario realmente atractivo para este ansiado gran premio.


Bandera roja


La carrera comenzó y los pilotos se lanzaron sobre la pista haciendo caso omiso a planes y estrategias, como si de la última vuelta se tratara, acosando al monoplaza que tenían delante sin ningún tipo de contemplaciones. Añón logró colocarse en segunda posición en apenas un puñado de curvas, con Martínez siguiendo su estela. Mientras, Olucha se veía asediado y Pérez y Sedano trataban de ir progresando, y en la cola de carrera Oltra y Olivares buscaban acoplarse a la pista a marchas forzadas. La primera posición la mantenía Alfaro, que se defendía de los ataques de los veteranos como gato panza arriba, al tiempo que comenzada a notar que algo no funcionada bien en su kart. El asiento parecía no estar bien anclado, lo que le hacía estar tan pronto plegado cual acordeón como a duras penas tocar los pedales con la punta de los pies. A pesar de que trató de solucionar el problema sobre la marcha, enseguida se percató de que aquello no se podía resolver desde dentro del propio bólido. Finalmente, y como cabía esperar, el del 501team perdió el control en la curva siete, quedando totalmente cruzado en mitad del asfalto. Algunos pilotos lograron sortearlo con apenas ligeros toques, pero Pérez, que venía con mucha velocidad, lo envistió salvajemente en el lateral, lo que obligó a los comisarios de la pista a mostrar la bandera roja y suspender momentáneamente la carrera.


Perros viejos


Tras el pertinente cambio de monoplaza se relanzaba el gran premio. Alfaro, Añón, Martínez, Sedano, Olucha, Pérez, Oltra, Olivares, así se escribiría la nueva cuenta tras el borrón. Sin embargo, una vez pasadas las dos curvas de rigor, comenzó de nuevo el baile. Esta vez Alfaro no fue capaz de frenar a sus perseguidores, que como perros de presa se lanzaron sobre él. Añón tomaba el mando de la carrera, con Martínez a rueda y un Sedano que trataba de engancharse al tren de cabeza gracias a la ayuda de su compañero. Mientras tanto Olivares iba recortando vuelta a vuelta sus tiempos. El de Carcaixent declararía al final de la carrera que de nuevo había dado con un monoplaza que parecía frenarse sólo, lo que, cuanto menos, resulta sospechoso. Inmediatamente delante de éste su paisano rodaba ya en unos más que dignos tiempos y comenzaba a sentirse a gusto sobre la pista. Por su parte, Olucha no sólo aguantaba los ataques de Pérez, sino que comenzaba a aproximarse a Alfaro, quien hasta entonces parecía estar en tierra de nadie. Sin embargo el piloto de Onda fue incapaz de soportar la presión durante demasiado tiempo y trompeó, posibilitando que el Anal team al completo le adelantara.


En la parte delantera Añón, quien había logrado abrir una importante brecha con su coetáneo, comenzó a sufrir problemas con su pedal acelerador. Ello conllevaría una importante sangría de segundos que a la postre cerca estuvieron de costarle el gran premio. Tras zafarse de Olucha, Pérez había comenzado el asedio a Alfaro, quien logró aguantarle tres vueltas pero acabó cediendo. Tras ellos Olucha ganaba la pugna por la sexta posición y Olivares proseguía mejorando tiempos, sin embargo no llegaría a contactar con los pilotos de delante.


Las últimas vueltas estuvieron plagadas de tensión. Los cuatro pilotos lentos habían sido ya doblados. Martínez enfilaba con decisión hacia el monoplaza de delante como lo haría un barco hacia un faro en la costa coruñesa. Oltra vivía alerta para no cometer ningún error, pues sabía que Olivares no andaba demasiado lejos de él. Alfaro mantenía por el retrovisor la distancia con Olucha, quien se erigiría protagonista en la acción que otorgaría el último escalón del podio. El ondense, de forma claramente involuntaria, entorpeció el movimiento de Sedano para doblarlo, hecho que, hábilmente, aprovechó Pérez para colarse y tastar el bronce por segunda vez consecutiva. Añón consiguió su primera victoria de la temporada reafirmándose así como líder del campeonato, y Martínez hubo de conformarse con subir al segundo escalón.



Próxima parada la semana que viene en este mismo escenario. Parece que carrera tras carrera la pista va colocando a cada uno en su lugar. Poco a poco el campeonato ha dejado de ser una enfrentamiento caótico, donde los pilotos pugnan entre ellos como pollos sin cabeza. La F-Kart parece que ha tomado otro cariz. Ahora es algo personal...


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